Desde la época musulmana, la defensa de Al-Ándalus se convirtió en un objetivo primordial, alzándose, por tanto, los castillos en fortificaciones ubicadas en lugares estratégicos. La mayoría de ellos tiene más de seis siglos a sus espaldas, testigos de la Edad Media que fueron levantados por la población árabe para defenderse de los cristianos que luchaban por la Reconquista. Estas fortalezas o castillos han llegado a nuestros días como testigos vivos de aquel apasionante período.
Las diferentes rutas que se sugieren por los Castillos de la provincia de Sevilla divulga el valioso legado arquitectónico e histórico de estas joyas que albergan numerosos municipios de la provincia y que siglos atrás fueron lugares de encuentro de culturas, centros de comercio y transmisión de conocimientos, así como enclaves defensivos, heredados del reciente pasado musulmán, reformados o reconstruidos en algunos casos tras la reconquista cristiana.
De este modo, la ruta nos llevará a conocer los frentes defensivos conocidos como “Banda gallega”, que recorre el norte de la provincia con el fin de controlar cualquier incursión a la misma desde el reino de Portugal, así como la “Banda morisca”, ubicada en la parte sur del territorio y que defendía la frontera con el reino nazarí.
Para conocer toda la oferta que la provincia de Sevilla ofrece relacionada con esta temática, se propone cuatro rutas distintas geográficamente cercanas y relacionadas con los dos frentes defensivos expuestos anteriormente, la banda gallega y la banda morisca.
Disfruta de esta propuesta conjugando el descubrimiento de este interesante legado arquitectónico e histórico con la tradición, la idiosincrasia y las características singulares de nuestros municipios.
Ruta: Segunda ruta perteneciente a la banda morisca
Se encuentra al sur del municipio de Mairena del Alcor y del casco antiguo. El castillo de Mairena fue construido aprovechando una torre árabe llamada Mairena, que fue entregada a la orden de Calatrava en el reparto de Sevilla de 1253. Por su morfología, la fortaleza es considerada como una de las primeras construcciones dedicadas a la defensa artillera. Se conservan bastante bien algunos torreones y parte de la muralla.
Sobre el escarpe de los Alcores, junto al camino que comunica Alcalá de Guadaíra con la Campiña del Guadaíra y la Sierra de Morón, se alza un castillo de la época andalusí. En sus comienzos, Marchenilla fue una explotación agrícola que usaron los árabes durante la ocupación. Sin embargo, las invasiones de los benimerines en las tierras reconquistadas por los cristianos propiciaron que estos decidieran construir un castillo con fines defensivos.
Actualmente, el castillo se asemeja a un cortijo sevillano con torre y muralla, por lo que recibe el nombre de “cortijo fortificado”. Como se trata de un monumento de propiedad privada.
Situado en la antigua villa de Gandul, en el actual término del municipio de Alcalá de Guadaíra, a 6 km del casco urbano en dirección a la localidad de Arahal. El origen del asentamiento pudo ser una pequeña entidad de población dentro de la cercana ciudad que existió en la Mesa de Gandul, desde finales del III milenio a. C. hasta época tardorromana. El castillo, del que sólo queda una torre, domina el despoblado desde la coronación del escarpe, sobre el palacio de Gandul. Su aspecto es el resultante de una mezcla de distintas fases constructivas.
Situado en un alto sobre el río Guadaíra, el Castillo Medieval de Alcalá de Guadaíra se encuentra enclavado en el extremo oeste del caserío de Alcalá. Junto con el río Guadaíra, el castillo de Alcalá de Guadaíra es probablemente uno de los signos de identidad que mejor definen a la ciudad de Alcalá de Guadaíra. Es el germen histórico de la población, que desde su interior va extendiéndose a lo largo de los siglos hasta conformar los actuales límites del casco urbano.
Su construcción se lleva a cabo bajo dominación musulmana, en los siglos XI y XII, aunque con la reconquista por Fernando III es cuando adquiere su configuración definitiva.
Sobre una colina de 300 m de cota, situada en el mismo centro del pueblo, se alzan las ruinas de un castillo medieval declarado Bien de Interés Cultural. Es el vestigio arquitectónico más antiguo que posee Morón de la Frontera y los elementos que de él se conservan se refieren a la Edad Media.
Castillo de Osuna
Los restos que quedan del castillo están ubicados en un cabezo que domina la población, al este de la misma. Junto a los mismos está la Colegiata fundada por los duques de Osuna. Los restos de la fortaleza son de origen árabe. Un lienzo de muralla y de dos torres es todo lo que queda.
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