Alcalá del Río, la antigua Illipa Magna
Otro de los pueblos que debe su historia al río grande de Andalucía es Alcalá del Río. Enclavado en el valle del Guadalquivir y rodeado de naranjos, conquista al visitante por su variedad monumental y el contraste de su paisaje. El Yacimiento Calcolítico y Tartésico de la Angorrilla o los restos de su muralla romana, que defendía a la gran ciudad de Ilipa Magna son lugares idóneos para viajar por la Historia. Sus templos religiosos son de gran valor patrimonial. La ermita de San Gregorio de Osset, patrón de esta villa, fue levantada por los Reyes Católicos y alberga los restos de este santo cristiano.
Si prefieres disfrutar de la naturaleza, anímate a pescar el albur en la ribera del Guadalquivir, un deporte con muchos aficionados en esta localidad. Este pescado lo encontrarás cocinado de diferentes formas en los restaurantes del pueblo. No olvides probarlo adobado, es la especialidad.
Para conocer el sentir de esta localidad ribereña lo mejor es vivir su fiesta grande, la Semana Santa. Está declarada de Interés Turístico Nacional y cuenta con hermandades con más de 500 años. Es el evento más esperado del año, todo el pueblo se engalana.
Los orígenes de Alcalá del Río se sitúan en la más remota antigüedad. Como lugar de asentamiento es casi prehistórico, lo demuestran los restos aparecidos en el subsuelo de Alcalá del Río (puntas de sílex y hachas pulimentadas propias del Neolítico). Los hallazgos obtenidos en las intervenciones arqueológicas han sacado a la luz excepcionales restos: una necrópolis tartesia en la finca denominada La Angorrilla, inscripciones neopúnicas anejas a la muralla romana, los restos del antiguo foro romano de Ilipa Magna y muchos otros.
La actual ciudad de Alcalá del Río fue fundada en el primer milenio a.C., en el periodo de las colonizaciones fenicias. Los restos arqueológicos recuperados en recientes excavaciones indican la existencia de niveles y estructuras correspondientes a los siglos VIII y VII a. C. Durante la segunda guerra púnica, Publio Cornelio Escipión el Africano conquistó el valle del Guadalquivir. En el 206 a. C. se produjo la última gran batalla en suelo hispano entre cartagineses y romanos en la batalla de Ilipa, donde el ejército cartaginés quedó derrotado definitivamente. En la actualidad se conservan restos de una antigua muralla y de un antiguo puerto de la romana Ilipa Magna.
Los romanos levantaron unas murallas en la localidad, pero desde el siglo III va perdiendo importancia por la disminución del comercio de metales y el cada vez mayor protagonismo portuario de Híspalis (la actual Sevilla). En la Edad Media recuperó cierto protagonismo con los musulmanes, que reformaron las fortificaciones romanas y levantaron un alcázar. En esta etapa pasó a llamarse Qalat Ragwal.
Despierta tus sentidos en esta Alcalá del Río, una localidad sevillana bañada por el Guadalquivir.
Cómo llegar
Si quieres ir en coche desde Sevilla, la ruta más rápida es por la carretera A-8006. Atravesarás la localidad de La Algaba para continuar por la misma carretera hasta llegar a tu destino.
Esta localidad no cuenta con estación de tren, pero a través del Consorcio de Transportes de Sevilla es posible llegar gracias a la línea de autobús M-115, cuya ruta es Sevilla - La Rinconada - Alcalá del Río.
Cómo moverse
Puedes recorrer su centro histórico a pie y disfrutar del buen ambiente de sus calles. Lo mejor es pasear por la ribera del Guadalquivir mientras contemplas un bello atardecer.
Razones para visitar
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Entra en la Real Ermita de San Gregorio de Osset, donde reposan los restos de este mártir cristiano.
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Aprende a pescar albures, barbos o carpas en la ribera del Guadalquivir a su paso por Alcalá del Río.
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Descubre la importancia que tuvo la ciudad romana de Illipa Magna en el Centro de Interpretación de la Muralla.
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Ven a vivir la Semana Santa y entenderás por qué está declarada como Fiesta de Interés Turístico Nacional.
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Disfruta de su gastronomía con platos típicos como el albur adobado o en tomate y el barbo en amarillo.
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Tómate un buen zumo de naranja, el producto local que desde aquí se exporta a Valencia para su comercialización.
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Pasea por las inmediaciones de la presa, la central hidroeléctrica y los Jardines de Winthuysen, comprobarás la envergadura de este impresionante proyecto.
Qué visitar
Inicia tu visita a Alcalá del Río descubriendo su casco histórico. En el Centro de Interpretación de la Muralla conocerás el pasado romano de esta localidad, la gran ciudad de Illipa Magna. Si continúas paseando por esa zona en dirección a la Plaza de España encontrarás los restos de la curia y el foro romano, además de otros vestigios de la muralla declarada Bien de Interés Cultural.
Antes de llegar al centro te cruzarás con uno de los edificios más importantes para los alcalareños: la Real Ermita de San Gregorio de Osset, el patrón de este pueblo. En ella reposan los restos del santo desde que en el siglo XV fuera levantada por mandato de los Reyes Católicos. También puedes visitar en la zona el museo de la casa hermandad de la Soledad con un impresionante mosaico romano y las piezas orfebres de la casa hermandad de la Vera Cruz.
Dirígete ahora hacia la Plaza del Calvario para visitar otro de los monumentos religiosos más relevantes de Alcalá del Río: la iglesia de Santa María de la Asunción. Este es uno de los edificios mudéjares más interesantes de la provincia sevillana, que destaca por su torre defensiva, símbolo de la localidad.
Justo al lado de la iglesia se ubica la Casa de la Cultura, en la que verás una valiosísima exposición arqueológica con piezas que abarcan desde el Neolítico hasta la época romana. Y para terminar tu recorrido por el centro, en la parte sur tienes el Yacimiento Calcolítico y Tartésico de la Angorrilla, donde se originó la población.
Ahora te recomendamos un paseo agradable por la ribera del Guadalquivir, en la que divisarás la imponente presa, el puente y la central hidroeléctrica. Aprovecha para visitar la central y adéntrate en los bellos Jardines de Winthuysen.
Entorno
Alcalá del Río está a 20 km de Sevilla capital, en el valle del Guadalquivir. Este municipio tiene tres pedanías: El Viar, Esquivel y San Ignacio del Viar. La presa de Alcalá del Río es el último punto navegable del río Guadalquivir.
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