Feria

Sevilla, bella y diversa

Se trata de una antigua iglesia de estilo barroco del siglo XVIII, de la que se conserva la portada y una espadaña que corona la fachada del templo, con dos cuerpos y que ha sido completamente restaurada a finales del año 2012. El interior consta de una sola nave de gran tamaño, cubierta por cúpula sobre pechinas en el presbiterio.

La Carlina tiene una historia novelesca. Lo que fuera un humilde cortijo o casa de campo con una viña alrededor, a las afueras de Constantina, cambió radicalmente a principios de los años 50, cuando fue comprada por Léon Degrelle (1906-1994).

Este monasterio, desaparecido tras la desamortización de Mendizábal, se mantuvo en pie hasta hace unas décadas. Tras su demolición para permitir la construcción actual solo subsiste el que fue compás del convento y la portada de la iglesia.

Este antiguo hospicio enfermería de los monjes basilios fue convertido en casa de vecinos. Su claustro de dos plantas consta de un patio interior con galería de arcos de medio punto, soportados por columnas toscanas, encuadrado cada arco en un alfiz, mientras que la parte superior de menores dimensiones se ha modificado totalmente por las sucesivas intervenciones.

Está integrada en el edificio del colegio Salesianos y data de 1944.

Perteneciente a la Orden de San Jerónimo, se ubica desde 1943 en la calle Corredera, tras ser destruido su originario convento.

De su sencilla capilla rectangular conviene enumerar: el retablo mayor con una imagen de la Virgen de la Asunción del XVI, un lienzo del milagro de multiplicación de los panes y los peces y un pequeño Crucificado, ambos del siglo XVII.

Se construyó en el siglo XVIII. Posee imágenes y lienzos de los siglos XVII y XVIII. De planta de cruz latina con tres naves de tres tramos, crucero, presbiterio y capillas colaterales a éste. Las naves se separan por arcadas de medio punto que apean en columnas toscanas de caliza blanca.