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Sevilla enamora

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La Catedral y la Giralda
La Catedral y la Giralda

La Catedral de Sevilla es el templo gótico más grande del mundo y el tercero de la cristiandad tras San Pedro del Vaticano y San Pablo de Londres. Se comenzó a edificar en 1403 sobre la antigua mezquita mayor de Sevilla, obra almohade de la que se conserva el Patio de los Naranjos y la Giralda.

Vista parcial del convento de santa clara y el instituto de la cultura y las artes de sevilla "espacio santa clara"
Convento de Santa Clara

Fundado en 1289 por el rey Fernando III de Castilla, y levantado junto a un antiguo palacio perteneciente a su hijo, el infante Fadrique de Castilla. El complejo conventual fue construido entre los siglos XVI y XVII.

Imagen de la fachada cuasi lateral donde se ve la entrada principal de las reales atarazanas
Atarazanas Reales

En Sevilla, Alfonso X decide la edificación de las Reales Atarazanas en 1252 con el fin de construir galeras fuera del recinto amurallado y muy cerca del Guadalquivir, en la zona comprendida entre la Torre del Oro

Iglesia Parroquial de San Juan Bautista
Iglesia Parroquial de San Juan Bautista

Recibe su nombre en honor al patrón del municipio. De estilo mudéjar aunque con elementos propios del arte gótico y renacentista, se levanta sobre una antigua mezquita derruida por un terremoto en el siglo XIV. De su construcción inicial se conserva el antiguo presbiterio. 

Monasterio de San Isidoro del Campo
Monasterio de San Isidoro del Campo

El monasterio de San Isidoro del Campo fue fundado en el año 1301 por Alonso Pérez de Guzmán y María Alonso Coronel en un lugar cercano a las ruinas de Itálica donde, según la tradición, fue enterrado San Isidoro de Sevilla.

Alcalá de Guadaira-Nuestra Señora del Aguila
Iglesia Santa María del Águila

La iglesia Santa María del Águila presenta una traza característica del grupo de iglesias parroquiales del mudéjar sevillano de los siglos XIII y XIV. 

Iglesia de San Francisco
Iglesia de San Francisco

Originariamente fue un edificio gótico del siglo XV, aunque las obras llevadas a cabo durante los siglos XVII y XVIII cambiarán definitivamente el aspecto de la iglesia, que deviene al barroco y neoclásico. La nave central se cubre con bóveda de cañón con lunetos, las laterales con bóveda de aristas y el presbiterio por media naranja sobre pechinas.