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Sevilla enamora

La iglesia de San Juan actualmente presenta en una nave alargada e irregular, con crucero y cabecera plana, que es producto de la unión realizada a fines del siglo XVIII de dos capillas contiguas, Capilla Sacramental y la antigua Capilla de Jesús Nazareno, que sobrevivieron al derribo de la primitiva iglesia. 

En los primeros años del siglo XVII se llevó a cabo la construcción del edificio, que en sus inicios era pequeño. El templo fue bautizado con el nombre de Iglesia Parroquial de Nuestro Señor San Salvador. En 1774 comenzó su reedificación, una obra de nueva planta y mayor capacidad que la anterior que terminaría tres años después.

Iglesia de planta rectangular con tres naves de cinco tramos separadas por arcos apuntados sobre pilares. Su estilo es mudéjar, del siglo XV, aunque fue reformada y ampliada en la segunda mitad del siglo XVIII. De estos momentos data la capilla sacramental, de hacia 1727, que se encuentra adosada transversalmente en el lado izquierdo del cuerpo del edificio.

La iglesia de Santa María la Mayor es de estilo mudéjar y fue construida en el siglo XIII. Tiene añadidos de los siglos XVI y XVII. El templo consta de tres naves y cubierta con techumbres de alfarje (techumbres mudéjares) separadas por arcos de herradura, que descansan sobre pilares, y cuatro columnas pareadas.

Esta iglesia formaba parte del antiguo convento de los Terceros Franciscanos, un amplio edificio que después de la desamortización de Mendizábal pasó a ser primero cuartel y, en 1952, colegio de los Padres Escolapios.

Su construcción se inicia en los últimos años del siglo XVI bajo la dirección de Diego López de Arenas. Tras el terremoto de Lisboa, en 1755, que dañó gravemente el edificio, el maestro alarife Alonso Ruiz Florindo reparó todo el conjunto. El gran atractivo de su portada principal radica en la fuerza del ladrillo cortado y avitolado.

Antiguo convento de los canónigos del Espíritu Santo. Se tienen noticias del establecimiento del Espíritu Santo desde pocos años después de mediar el siglo XVI. Habitado por la congregación de canónigos, estos se encargaron del mantenimiento de la Casa de Expósitos hasta su exclaustración en el siglo XIX. Su culto está atendido desde 1939 por las Hermanas de la Cruz.