A caballo por la marisma

Sevilla, bella y diversa

La Cartuja de Cazalla dedicada a la Inmaculada Concepción se encuentra en un lugar idílico cargado de historia, rodeado de bosques, un manantial de agua inagotable y vistas excepcionales. Hay vestigios celtas, fenicios, romanos, musulmanes y cristianos.

El edificio presenta una sola nave, dividida en seis tramos, y cabecera semicircular. Las cubiertas son bóvedas de cañón con lunetos entre arcos fajones, apareciendo una bóveda semiesférica sobre pechina en el antepresbiterio y una bóveda de cuarto de esfera en la capilla mayor.

La Iglesia de San Antonio Abad de Pruna es un espléndido edificio barroco. Su estructura anterior al siglo XVI constaba de una sola nave de cañón, de estilo indefinido, con fachada al fondo (debajo del coro).

El Monasterio de la Encarnación se levantó en 1549 como Hospital de la Encarnación del Hijo de Dios. En 1612 lo ocuparon los jesuitas y en 1626 la IV Duquesa de Osuna funda, en el solar del antiguo hospital, el Monasterio que habían de regir las religiosas de la Real y Militar Orden de la Merced.

Consta de una sola nave con contrafuertes exteriores y cabecera poligonal a la que se adosa un camarín tras un retablo neogótico en el que se encuentra el Santísimo Cristo de la Sangre.

Es del siglo XVI, y aunque no tenga grandes méritos artísticos, existe una gran devoción de la población. Presenta un perfecto estado de conservación. Fue reformada en el siglo XVIII.

La iglesia de la Vera Cruz es una obra arquitectónica perteneciente al barroco de la segunda mitad del siglo XVIII, caracterizada por una acentuada decoración puesta de manifiesto por su monumental portada tallada en ladrillo fino.